Get Off The Ladder, You Have Jesus! (Translated Into Spanish)
Por el Rev. Dr. Matthew Richard
Texto: Juan 8:31-36
En el nombre de Jesús. Amén.
Durante la época de Martín Lutero en los años mil quinientos, las personas estaban involucradas en algunas profundas mentiras. En aras de la simplicidad, las personas fueron esclavizadas bajo lo que podemos llamar teología de la escalera.
Verán, era comúnmente entendido por enseñanzas medievales que la humanidad necesitaba ascender a Dios. Se enseñaba que una persona necesitaba subir una escalera metafórica hacia un Dios santo y justo, a través de deberes religiosos, indulgencias, penitencia, votos monásticos, peregrinaciones, disciplina severa, misas, etc.
Y así, miles de cristianos bienintencionados deseaban lograr más conformidad con Dios subiendo una escalera, peldaño por peldaño. Cada paso religioso más alto era un poco más de lo que ellos creían que era la aceptación y aprobación de Dios. De hecho, las personas del tiempo de Martin Lutero se veían a ellos mismos en un viaje espiritual que requería de un extenuante esfuerzo y de perseverancia para elevarse hasta el mismo nivel de Dios. Y así, subían una escalera simbólica, peldaño tras peldaño.
Queridos amigos, debemos tomar nota de que en la teología de la escalera el énfasis está puesto sobre el individuo, y la meta final se vuelve su búsqueda ascendente hacia Dios. Como resultado, Jesús se convierte en la zanahoria al final de la caña, la olla con oro al final del arcoiris, se vuelve el premio en la parte más alta de la escalera. De esta manera, la persona debe ir tras Jesús. Su fe cristiana se vuelve un viaje de búsqueda, ascenso y pasos tomados. ¡Arriba y hacia adelante!
Tengamos en cuenta, sin embargo, que esta teología de la escalera no conduce a la libertad sino a la esclavitud, ataduras y confinamiento. Por ejemplo, ¿cómo sabes si has subido lo suficientemente alto?, ¿qué pasa si te caes de la escalera?, ¿dónde debe colocarse la escalera?, y, ¿qué tan alta debe ser la escalera que necesitas para llegar a Dios?
Aún hay más. Si creemos en la teología de la escalera, la necesidad de ascender hacia Dios, el énfasis está en que tú seas quién se encuentre activo, ocupado y ¡lleno de resistencia! “Aquí está la escalera, ¡ahora a subir! Y si no llegas a la cima, bueno, ¡intenta más duro!”
Ahora tiene sentido por qué las personas durante el tiempo de la reforma no tenían ninguna seguridad. Ellos se encontraban ocupados subiendo una escalera que no tenía fin, y lo hacían por su propia fuerza de voluntad. Paso tras paso, tratando de ascender a Dios con indulgencias, penitencias, misas, y demás, para que, de alguna forma, así pudieran obtener paz, seguridad y libertad.
Ahora, en caso de que no lo hayas notado, esta teología de la escalera existe todavía hoy en el siglo veintiuno. Sí, todo tipo de iglesias se encuentran llenas de esta doctrina. No necesitamos mirar muy lejos para encontrar cristianos bienintencionados llegando a estas iglesias donde la meta es subir la
escalera cada domingo, donde el pastor está listo para enseñarles tips para un mejor ascenso. Más específicamente, en sus servicios religiosos, las personas se encuentran tomando notas de los sermones acerca de cómo y dónde ascender. Y después de los servicios, se reúnen para animarse unos a otros en su escalada. Ahora, por favor tengamos en cuenta que estas iglesias no necesariamente usan el término de teología de la escalera, sino más bien, hablan de ella como el viaje de fe, los pasos o los niveles. Sin embargo, siempre se encuentran buscando, siempre moviéndose, pero nunca llegando y nunca encontrando.
A veces, sin embargo, en estas iglesias se desatan luchas acerca de cuál será la mejor forma de subir la escalera. Y a veces se desata una pelea cuando una persona, que es buena para escalar, no es respetada o reverenciada por lo alto que ha subido. Y si una persona tiene una tragedia y no tiene la energía para subir la escalera, bueno ... se le da un descanso por un poco de tiempo, pero luego, finalmente, se le alienta a levantarse, prepararse y ocuparse nuevamente de escalar. En estas iglesias de teología de escalera, todos deben estar en su escalera. ¡Todo el mundo debe estar ascendiendo! Y el líder generalmente está en el lugar más alto mostrándole a todos los demás cómo hacerlo.
De esta forma, al igual que las pobres personas de la Iglesia Católica Romana de los años mil quinientos, miles y miles de cristianos y pastores en las iglesias modernas se encuentran ocupados escalando. No lo hacen a través de deberes religiosos arcaicos; indulgencias, penitencias, votos monásticos o misas, sino a través de los medios modernos.
Si bien puede parecer que estas iglesias tienen todo bajo control, lo que no se dice y lo que no tiene permitido hablar es acerca del hecho de que no tienen seguridad. Verán, la vida en la escalera no da como resultado libertad, sino una esclavitud interminable. La verdad tácita es que están subiendo pero nunca llegan a la cima. Están buscando pero nunca encontrando. Están viajando pero no van a ninguna parte. Están en un viaje sin destino. Señor ten piedad de ellos y también de nosotros.
Cuando Martín Lutero se dio cuenta del problema con esta teología de escalera hace unos quinientos años, entendió correctamente que necesitaba volver al fundamento teológico de la iglesia para que la Palabra y las enseñanzas fundamentales de las Escrituras pudieran ser claramente entendidas. Entonces, Lutero tuvo que derribar, destruir y limpiar todas las escaleras. Sí, las escaleras necesitaban ser cortadas y pasadas a través de la trituradora de madera para que la gente cayera al suelo y se diera cuenta que la fe cristiana descansa solamente en la gracia de Dios, solamente por Cristo, solamente a través de la fe.
Efectivamente, el corazón de la Reforma fue un rechazo de la teología de escalera, el esfuerzo frenético de ascender para obtener el favor de Dios a través de esfuerzos piadosos personales. Los reformadores se separaron de la teología de la escalera, para proclamar una teología centrada en el evangelio donde ¡Jesús viene a nosotros!
Según nuestros reformadores, es solo en la parte más baja de la escalera donde la iglesia encuentra su vida y esperanza, no en la parte superior, y ciertamente no sobre la escalera. Sí, es solo en el nivel fundacional de Jesús, nuestra piedra angular, que la iglesia tiene libertad, esperanza, perdón y salvación. Parafraseando las palabras de Martín Lutero, una persona no es justa por subir en la escalera, sino que es justa cuando recibe y cree en Jesús. (Tesis 26: 1518 Disputa de Heidelberg)
¡Este es el mensaje de la Reforma! Este es el mensaje más básico y fundamental de la fe cristiana. ¡De esto se trata el ser cristianos! ¡Aquí es donde se encuentra la libertad! Queridos amigos, una escalera no es un sustituto de Jesús. Las escaleras no sirven. Cuando los cristianos y pastores siguen el camino de la teología de la escalera, están descartando a Jesús y su obra. De hecho, cuando los cristianos y los pastores promueven la teología de la escalera, están tan ocupados escalando que no se dan cuenta de que Jesús pasó por donde ellos se encontraban y se encuentra en la parte más baja con su gracia, misericordia, y perdón.
Tú, que tienes oídos, oye: nosotros no subimos a Jesús, Él desciende a nosotros. No perseguimos a Jesús, Él nos persigue. No puedes ascender lo suficientemente alto hacia Dios. No puedes escalar los peldaños suficientes. No puedes perseguirlo lo suficiente.
Dios sea alabado, sin embargo, porque no necesitamos escaleras, tenemos a Jesús. Este es el fundamento con el que la iglesia avanza, un paso liviano, una actitud gozosa de saber que Jesús viene a los pecadores. Sí, Jesús viene para salvar a los pecadores, pecadores como tú y yo que estamos en el fondo. Él viene por los pecadores que no pueden subir la escalera, pecadores que yacen en el polvo y las cenizas.
Queridos santos bautizados, esta es la base sobre la cual estamos establecidos y anclados. Nosotros nos apoyamos sobre la obra terminada y realizada de Jesús. No resoplamos y pujamos, subiendo peldaños para llegar a Jesús, pero simplemente abrimos nuestros oídos para escuchar a Jesús en Su Palabra. Abrimos nuestras manos y boca recibiendo a Jesús que viene a nosotros con perdón, vida y salvación.
Y es con este gran Evangelio que invitamos a otros a nuestro alrededor a bajar de sus escaleras, al fondo con nosotros, donde todos recibimos a Jesús juntos. Esto es lo que es el evangelismo, le decimos a las personas sin escaleras que vengan y reciban con nosotros en el fondo. Y les decimos a quienes están ocupados subiendo sus escaleras, que no las necesitan porque Jesús ha descendido.
La verdad de la Reforma y la verdad de todas las Escrituras es que nuestro Salvador ha descendido a darnos su justicia. Se trata y siempre ha sido acerca de Jesús, y su propósito es acercarse y buscar a los pecadores. Esta es nuestra esperanza, seguridad, y sí, ¡libertad!
Estamos libres de escaleras porque tenemos a Jesús. Que podamos recibir a Jesús, no por escaleras, sino por fe. ¡Dios sea alabado por esta libertad!
En el nombre de Jesús. Amén.
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